De mal en peor

02.02.2013 18:41

En estos últimos meses hemos presenciado atónitos a como la mayoría de los centros que trabajan para la GENCAT sea en forma de colaboración, sea en forma de concierto o a través de prestación económica vinculada a servicio (PEVS) , han sufrido el impago de una importante parte de su facturación entre un 12 % y un 20 % del total anual en la mayoría de casos documentados por nuestra patronal, así mismo los bancos han ido paulatinamente no renovando las pólizas de  crédito y líneas de financiación que las empresas con ellos mantenían, tal drástica circunstancia sumado al déficit de usuarios solicitantes de plazas privadas, han conducido a la mayoría de centros a estar sin liquidez y con aplazamiento de impuestos (IVA, Seguros sociales, etc..), así como también adeudando parcialmente salarios a sus trabajadores. En un  sector en el cual un 61 % de la facturación se destina al pago de personal y sin margen de maniobra a nivel de reducir costes dado que se trabaja por ratios, así como con unos gastos estructurales y de  proveedores sin posibilidad de supresión (damos servicio a nuestros usuarios al 100 %), los centros agonizan y cada día cierra alguno, arrastrando tras de sí pequeñas empresas con solera, trabajadores empleados (la mayoría mujeres de más de 40 años con poca formación y de difícil reinserción laboral), proveedores y usuarios que sin culpa deben redirigirse a otros centros cual si objetos en vez de personas fueran.

 

Desde las patronales clamamos y predicamos en desierto, las administraciones hacen oídos sordos a nuestras propuestas y siguen insistiendo en la deslealtad del gobierno central hacia nuestra autonomía, eso si no depuran responsabilidades culpando a otras Consellerias de la situación de impago (a eso se le llama falta de corresponsabilidad política).

 

Da a impresión que una cosa tiene clara, si no quedan centros y faltan plazas, habrá más usuarios en lista de espera  y tal situación a ellos no les genera gasto alguno, más bien se lo ahorra. De lo que no son conscientes es que lo que dejan de pagar por un lado lo dejan de cobrar por otro, pues las empresas que cierran que yo sepa no tributan impuestos ni pagan el paro a sus trabajadores. La sensación es que el fin justifica los medios y que mirar ni tan solo a medio plazo sea un pecado, así las cosas cuantos más cierren mejor. Además según que cargo político se atreve a decir públicamente que una empresa que no funciona por el impago de una mensualidad es una empresa mal gestionada, menuda desfachatez e ignorancia, ellos quienes cobran cada mes y ni así nos sacan de números rojos, que pregunte a Amancio Ortega si un mes INDITEX no factura nada pero tiene que seguir su actividad al máximo si su contabilidad no temblaría, un 20 % de deuda sobre el total de ingresos anuales no hay quien lo soporte y eso lo sabe cualquier pequeño empresario.

 

Visto lo visto, ¿que nos queda como solución? Pues sinceramente es difícil augurar como salir del hoyo, la situación empeora la deuda al sector social se hace insostenible, UPIMIR facilitara esta próxima semana cifras reales así como estimas al global de plazas colaboradoras y de concierto, y además se endurece el discurso cada vez con más rasgos judicializados que de consenso. La GENCAT ni responde ni dialoga, mantiene el silencio como respuesta y la incógnita de posibles nuevos impagos como espada de Damocles.

 

Como patronal que agrupa más de 200 empresas y da trabajo a más de 4.500 trabajadores, esperamos una reacción de aproximación, un calendario de pagos un pacto entre todos para hacer sostenible el sistema y sobre todo esperamos que nuestros políticos y gobernantes entiendan que cual Atila dejaran el sector tras de sí, si se trata de una maniobra pensada lo cierto es que lo han bordado.

 

Intentaremos y trabajaremos con esfuerzo con quien y para quien sea participe de nuestro padecimiento empresarial, mantendremos mientras podamos una asistencia correcta a nuestros usuarios e intentaremos cumplir con nuestros proveedores, masa salarial y los impuestos que nos corresponden, pero el tiempo se acaba y el cuerpo y la mente humana tiene un aguante y nuestros asociados ya están exhaustos y al borde del precipicio, solo un empujoncito más y se liquida a la mayoría de pequeñas y medianas residencias de Cataluña, una muestra de PIMES a las cuales según palabras textuales de nuestro muy Honorable President de la Generalitat había que proteger como tejido empresarial catalán por excelencia.

 

En fin tal vez aquí seria útil recurrir al refranero popular y mencionar aquel que dice "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces"